Episodio 1 – La momia de Hornedjitef.

Episodio 1 – La momia de Hornedjitef. Momia de Hornedjitef (3ra centuria a.C). Un ataúd de madera de Tebas, Egipto. 

A History of the World in 100 Objects, producción del British Museum y de la BBC. Link del programa, grabación en inglés y fotografías de los objetos comentados: http://www.bbc.co.uk/ahistoryoftheworld/objects/sogITE3FSKStlk12qd2W3w)

Episodio 1 Mummy of Hornedjitef

Lo que oyen es el sonido del pasado -de hecho, es el sonido de un fantasma-: el inquietante pulso magnético -todo lo que queda de una inmensa estrella-, que podemos oír todavía gracias al Centro de Astrofísica Jodrell Bank(1). La explosión que mató esa estrella fue tan intensa que fue vista a plena luz del día a lo largo de Europa, Norteamérica y China, en el verano del año 1054(2), hasta el extremo de que ese año fue el nombre con el que se la conoció en Europa(3). ¿Cómo era nuestro mundo entonces, mientras hombres y mujeres de todos sitios, como fuera que contaran los años, miraban al cielo, a esa estrella moribunda que ellos entonces podían ver -y nosotros todavía podemos oír?. Pues bien, un millar de años atrás las pirámides empezaban a tomar forma sobre el rio Mississippi; los primeros billetes bancarios circulaban en China; una magnífica Bagdad era la más grande ciudad del mundo; en el oeste de Africa, Ghana gobernaba un vasto imperio, y en una fría isla del norte de Europa una desagradable sorpresa aparecía en el horizonte de un rey llamado Harold.

En estos programas viajaré atrás en el tiempo, y a lo largo del mundo, para ver cómo los humanos alrededor de dos millones de años atrás dimos forma al mundo mientras éramos formados por el. Y contaré esa historia exclusivamente a través de objetos hechos por el hombre… toda una suerte de “cosas”, algunas de las cuales fueron cuidadosamente diseñadas, admiradas y preservadas, y de otras que fuero usadas o rotas o tiradas a la basura. Hemos elegido solo un centenar de objetos, procedentes de diferentes extremos de nuestro viaje -desde una olla a un galeón de oro, desde una herramienta de la Edad de Piedra a una tarjeta de crédito-, y en cada programa hablaremos sobre uno de esos objetos, todos pertenecientes a la colección del Museo Británico.

“Cuando lo vi, inmediatamente pensé en la maestría de tecnología y arte, en la intima unión de ambos…”

“Pensé que era hermoso de mirar, que me hacía sentir que era usado y usado una y otra vez…”

“Es un bello objeto, y fascinante, por supuesto, porque probablemente es muy preciso…”

“Con esto puedo sentir lo que era salir por la sabana africana…”

En nuestro camino, iremos hasta los primeros orígenes de la historia humana, pero no empezaremos allí. Hoy, yo quiero empezar con las momias, que es donde empecé la primera vez que crucé las puertas del Museo Británico en 1954 a la edad de 8 años, y que es donde pienso que empiezan la mayoría de los visitantes en su primera visita al museo, y a donde con toda seguridad, la mayoría de los niños que oís a mi alrededor se dirigen. Lo que me fascinaba por entonces eran las momias en si mismas, esa horripilante y emocionante imagen de los cuerpos muertos… pero ahora en cambio estoy mucho más interesado en sus ataúdes. Y para este primer programa he escogido uno en particular, porque este ataúd trae hasta nosotros todo tipo de diferentes mensajes a través de los milenios, de cosas que comunicarnos como si se tratara de señales desde el pasado, y que son el tipo de mensajes que voy seguiremos buscando en todos los objetos de esta serie.

Contar la historia a través de objetos, se trate de un ataúd de momia o de una tarjeta de crédito, es el cometido para el que fueron hechos los museos; y como el Museo Británico ha coleccionado objetos de todo el mundo, no parece un mal sitio para intentar contar una historia del mundo. Obviamente ella solo puede ser “una” historia del mundo, no “la” historia del mundo. Cuando la gente viene al museo elige sus propios objetos y hacen su propio viaje alrededor del mundo y a través del tiempo. Pero pienso que lo que ellos rápidamente encuentran es que sus propias “historias” rápidamente intersectan con las de todos los demás, y que cuando ello ocurre no obtienes solo la historia de un pueblo particular o nación, sino la historia de sus infinitas interconexiones. Nadie ha pensado más profundamente acerca de esto que el economista indio y Premio Nobel Amartya Sen:

“Pienso que es verdaderamente importante reconocer que, cuando observamos la historia del mundo, no estamos viendo la historia de diferentes civilizaciones, truncadas y separadas unas de otras. Ellas han tenido un inmenso número de contactos, de interconexiones. Por eso, siempre sentí que había que pensar la historia del mundo no como la historia de las civilizaciones, sino como la historia de las -interconexiones de las- civilizaciones del mundo en a menudo similares o diversos modos, pero siempre interaccionando unas con otras. Y esto es una muy diferente manera de ver el conflicto de civilizaciones al que nos enfrentamos desde hace unos años atrás, así como un modo diferente de entender la “enemistad” en el mundo. La enemistad no ha sido el modo general de relaciones entre la gente a través de la historia del mundo”.

La mayoría de nosotros piensa que si volviéramos al museo que visitamos cuando chicos, tendríamos la sensación de que nosotros somos los que hemos cambiado enormemente, mientras las “cosas” se han mantenido siempre serenamente estables… pero por supuesto, eso no es lo que verdaderamente ha ocurrido. Y gracias a las constantes investigaciones, y a las nuevas técnicas científicas, lo que sabemos acerca de ellas está en permanente crecimiento.

Echemos un vistazo a uno de los más impresionantes ataúdes de momias del Museo Británico. Este fue realizado alrededor del 240 BC para un sacerdote egipcio de alto rango llamado Hornedjitef. Por un lado, tenemos una caja maciza exterior negra en forma de cuerpo humano, por otro una caja interior elaboradamente decorada, y dentro de esta, la momia. Todo lo que sabemos sobre Hornedjitef lo sabemos exclusivamente por este grupo de objetos. Se podría decir que él es su propio documento, y se trata de un documento que continúa entregando cada dia sus secretos. A mi colega John Tylor, quien ha estado investigando momias en el Museo Británico durante 20 años, le pregunté qué habíamos aprendido acerca de Hornedjitef, desde que él llegó al museo:

“Cuando él llegó al museo en 1835, la escritura jeroglífica acababa de ser descifrada, por lo que el primer paso importante fue leer todas las inscripciones de estos ataúdes, que nos dirían quién era, cuál era su trabajo, y algo sobre el trasfondo religioso que el conocía”.

El fue un sacerdote del templo de Karnak alrededor del 250 BC. Como todos los egipcios, creía que si su cuerpo era preservado podría vivir más allá de la muerte. Pero antes de alcanzar la otra vida debería acometer un azaroso viaje, para el que necesitaba prepararse con sumo cuidado. Para ello, llevó consigo magias, amuletos y hechizos para atender todo tipo de eventualidades; y en la tapa de su ataúd interior hizo pintar un mapa del cielo, extendido sobre el, que le ayudase en la navegación. De hecho, Hornedjitef había encargado en su ataúd su propio cielo y su propia máquina del tiempo. Este elaborado ataúd que le permitiría navegar a través del tiempo y del espacio, gracias a su meticulosa preparación, nos ha permitido a nosotros viajar en la dirección opuesta, regresando hacia él y su mundo.

“En los últimos 20 años ha habido grandes pasos en la reunión de información. Así, hoy miramos el estado de los cuerpos escaneándolos en forma no invasiva. Ello nos permite examinar los dientes con gran detalle, ver su uso, desgaste y enfermedades sufridas. O estudiar sus huesos, y ver por ejemplo que Hornedjitef padecía una artritis en su espalda que pudo resultarle muy dolorosa” (John Tylor)

Pero los avances científicos del último par de décadas nos han permitido descubrir mucho más que el mal de espalda que sufriera Hornedjitef. Si las palabras escritas en su ataúd nos hablaban sobre su lugar en la sociedad, y sobre lo que esa sociedad creía respecto de la vida después de la muerte, las nuevas técnicas científicas nos llevaron un paso más allá, y por medio del análisis de los materiales con que fueron construidos momias y ataúdes pudimos ver cómo Egipto estaba conectado con el mundo que le rodeaba.

“Pero también podemos ver las substancias que fueron usadas en la momificación, testarlas, ver su composición química, y encontrar no solo qué materiales eran, sino su procedencia. Hoy podemos comparar esos inventos químicos con substancias encontradas en diferentes partes del Mediterráneo, y comenzar a reconstruir la red de tráfico de mercancías que suministraba esos productos a Egipto. Algunas de esas momias tienen betun sobre su superficie -una sustancia alquitranada negra- y por análisis de su composición es posible trazar su fuente -que hoy sabemos provenía del Mar Muerto. Toda esa información ahora va rellenando las lagunas que los textos no nos decían” (John Tylor)

Y por supuesto, no es solo el ataúd de Hornedjitef quien nos dice cada día más y más. Todos los objetos que iremos viendo en esta serie van progresivamente liberando información a medida que los estudiosos encuentran nuevos modos de examinarlos.

La mayor parte del material que Hornedjitef tenía consigo fue diseñado para guiarle a través de gran viaje a la otra vida, con mapas estelares y frases que le ayudarían a superar todas las previsibles dificultades. Lo único que su mapa estelar quizás no predijo, fue que a la larga acabaría en el Museo Británico. Francamente, la perspectiva de Bloomsbury podría no haberle sido muy agradable, pero el hecho es que él y sus posesiones acabaron aquí de todos modos. Cuestiones como estas surgen frecuentemente: ¿a dónde pertenecen las cosas que recibimos del pasado? ¿siempre deben exhibirse en el lugar donde fueron construidas? Volveremos una y otra vez sobre este asunto en distintas ocasiones, a lo largo de los diferentes programas, pero yo pregunté a la escritora egipcia Ahdaf Souief sobre cómo ella se sentía respecto de ver tantas antigüedades egipcias tan lejos de casa:

“En ultima instancia, probablemente no es mala cosa tener obeliscos, piedras y estatuas egipcias esparcidas por todo el mundo. Ello puede recordar las épocas del colonialismo, es verdad, pero también recuerda al mundo una común herencia. Y esa idea de un pasado común es la que deviene más y mas evidente e importante para mi, tanto más cuanto más tiempo paso trabajando en el Museo Británico. Personalmente, pienso que nada hay tan importante hoy como pensar sobre que la historia del mundo es una historia compartida.

Si yo pudiera diseñar un programa de educación universal, haría que cada niño del mundo aprendiese una breve historia del mundo centrada en los elementos comunes. Ello mostraría cómo la gente percibe sus relaciones con los otros, con el planeta y con el universo, y mostraría la historia humana como una suerte de proyecto en marcha, inacabado y conjuntamente articulado, en la que un montón de gente se levanta donde otros tuvieron que dejarlo” (Ahda Soueif)

Empezamos este programa con el sonido de una estrella, cuya explosión fue vista a lo largo de medio mundo alrededor del año 1066. Pero la historia de gentes que construían objetos empezó cerca de 2 millones de años más atrás. Y una vez más, el radiotelescopio puede permitirnos sintonizar el eco de otra estrella agonizante, una que nuestros ancestros, hace cerca de dos millones de años pudieron ser capaces de ver. Pero llegados a este punto de la historia, todos nuestros ancestros vivían en Africa.

Y si en ese momento, 1,8 millones de años atrás, usted hubiera estado mirando la explosión de esa estrella en el Valle Rift, en el Este de Africa(4), usted también habría oido el sonido de las primeras manos humanas creando el más antiguo objeto conocido, manufacturado por humanos. Aquellas manos dieron forma a unas herramientas de piedra que representan el primer paso en ese gran viaje de dar forma a nuestro mundo. Y para mi, ese hacer cosas y empezar a depender de ellas, es lo que nos aparta de todos los demás animales y, en definitiva, nos vuelve en los seres humanos que somos hoy en día. Y, esa, una de las primeras herramientas de piedra, es de la que vamos a hablar en el próximo programa.

 

Notas:

1 Observatorio Jodrell Bank. Ver en: http://es.wikipedia.org/wiki/Observatorio_Jodrell_Bank

2 La explosión de una estrella supernova ocurrida en el año 1054 quedó registrada en la inscripción prehispánica de Tuitán en Durango, México. Ver en : http://terraeantiqvae.blogia.com/2008/012901-la-explosion-de-una-estrella-supernova-ocurrida-en-el-ano-1054-quedo-registrada-.php

3 Supernova (SN) 1054. Ver en: http://es.wikipedia.org/wiki/SN_1054.

4 Valle del Rift. Ver en http://es.wikipedia.org/wiki/Gran_Valle_del_Rift

4 comentarios en “Episodio 1 – La momia de Hornedjitef.

    • Bienvenido a mi post, Lorenzo. Me alegra mucho que te guste!. Verdaderamente, los programas y podcast de la BBC son una herramienta maravillosa, tanto para aprender inglés como para aprender al mismo tiempo de lo que sea. No he conseguido encontrar en ellos nada que no fuera interesante. Un saludo!

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