Episodio 4 – Renos nadando.

Episodio 4 – Renos nadando.

Renos nadando (pieza hecha hace unos 13.000 años). Escultura tallada en un cuerno de Mamut, encontrada en Montastruc, centro de Francia.

(Link del programa, grabación en inglés y fotografías de los objetos comentados: http://www.bbc.co.uk/ahistoryoftheworld/objects/DyfP6g6dRN6WdwdnbIVbPw)

Episodio 4 - summing reindeer 2

¿Cómo sonaría el pasado? Obviamente, tan lejos como estamos de las profundidades del tiempo en que nos hallamos esta semana, podemos no ser capaces de hacernos una idea. Podemos imaginar los inmutables sonidos de la naturaleza -el viento, la lluvia, el mar, los ríos- pero para nosotros, ineludiblemente, la historia es silencio. No obstante, y aunque no podamos oír el pasado, ciertamente, podemos verlo. Hoy, me gustaría presentarles un objeto que tiene 13.000 años de antigüedad, hecho por uno de nuestros ancestros que, buscando representar en él y para si su propio mundo, haciendo eso, nos lo transmitió con asombrosa nitidez. Esta es una de las obras maestras del arte de la Edad de Hielo, pero que también pone en evidencia el inmenso cambio que hubo en ese tiempo en cuanto al modo en que el cerebro humano estaba trabajando. Steven Mithen, profesor de la Universidad de Reading, y Rowan Williams, arzobispo de Canterbury, han reflexionado al respecto en muy diferentes sentidos. Oiremos sus opiniones al respecto más adelante.

“Puedo sentir que quien hizo esto, se pro-yectó (de pro-iactum, arrojar)i a si mismo en su mundo en derredor, con enorme y generosa imaginación, viendo y sintiendo el ritmo de ese mundo en sus huesos” (Arzobispo de Canterbury, Rowan Williams)

“Algo ocurrió en el cerebro humano (entre, digamos, 100.000 y 50.000 años atrás) que permitió que emergieran esa fantástica creatividad, imaginación y habilidades artísticas” (Profesor Steven Mithen)

En los últimos dos programas estuvimos viendo unas herramientas de piedra que nos pusieron ante la cuestión de si era o no, la capacidad de fabricar objetos, lo que nos hacía (nos constituía como) seres humanos. ¿Sería posible concebir seres humanos que no usaran objetos en su interactuar con el mundo? Pienso que no. Pero además hay otra cuestión que surge inmediatamente al ver este tan antiguo objeto. Aunque nuestra moderna especie humana, el “homo sapiens” (“hombre pensante”, en latín), evolucionó en Africa hace al menos 150.000 años, fue hace alrededor de 50.000 años atrás cuando algo dramático sucedió en nuestro cerebro, de modo que, a lo largo de todo el mundo habitado, los seres humanos empezaron a producir patrones de decoración, asi como joyería con la que adornar el cuerpo y representaciones de los animales que compartían el mundo con ellos. Esos seres humanos estaban haciendo objetos que servían no tanto para cambiar el mundo sino para explorar su orden y las regularidades que observaban en él. En resumen, están haciendo arte. Y la pregunta a realizarnos es ¿por qué? ¿Por qué todos los seres humanos modernos comparten esa compulsión por realizar obras de arte? ¿Por qué el fabricante de herramientas, en todos sitios, dio paso al artista?

Nuestros dos renos representan la más antigua pieza de arte de cualquier galería o museo Británico, y es extremadamente delicada. La guardamos en una caja con clima controlado, y apenas le movemos de allí porque cualquier choque repentino podría convertirla en polvo. Fue realizada al final de la última glaciación, alrededor de 13.000 años atrás. Fue tallada a lo largo del extremo de un colmillo de Mamut, y es delgada, suavemente curvada y de aproximadamente ocho pulgadas de longitud (20cm).

Los dos renos representados nadan muy juntos, uno detrás del otro, con lo que el escultor explotó brillantemente la forma ahusada del colmillo. La más pequeña figura, reno hembra, está delante y lamisma punta del colmillo da forma a la punta de su nariz; detrás de ella, en la parte más ancha, viene el macho, más grande. Gracias a la curva ambos animales tienen sus mandíbulas hacia arriba, y los cuernos apuntando hacia atrás, exactamente como hacen cuando nadan; y en la parte inferior sus pies están en completa extensión, dando la maravillosa impresión de un movimiento hidrodinámico (streamlined). Es una escena magníficamente expresada, y solo pudo ser realizada por alguien que había dedicado mucho tiempo observando nadar a los renos en el rio.

Por ello, quizás no sea una coincidencia que esta pieza fuera encontrada cerca de un rio, en un refugio de piedra en Montastruc, en el centro de Francia. Esta talla representa con increíble realismo los renos que migraban en grandes manadas, atravesando Europa, 13.000 años atrás. El continente, por esas épocas, era mucho más frio de lo que es hoy en dia: el paisaje consistía de una planicie abierta, libre de arboles como la Siberia actual, y para los cazadores-recolectores que habitaban ese implacable terreno los renos constituían una de sus mejores esperanzas de cara a la supervivencia. Su carne, piel, huesos y cuernos podían suministrar muy bien toda la comida y ropa que pudieran necesitar, asi como la materia prima con la que fabricar herramientas y armas. Su bienestar en cierta medida dependía de la caza de renos. Por ello no es sorprendente que nuestro artista homo sapiens conociera realmente muy bien a esos animales, y que eligiera representarles en su escultura.

El macho muestra un impresionante juego de cuernos que recorre la longitud de su espalda, y podemos determinar su sexo con toda seguridad porque el artista se ocupó de esculpir sus genitales bajo el vientre. La hembra, en cambio, tiene los cuernos más pequeños y cuatro pequeños bultos bajo su vientre que representan sus tetillas. Y podemos incluso ser mucho más específicos, afirmando que estos animales están claramente representados en otoño, el momento de sus rutas y migraciones hacia las pasturas de invierno. Solo en otoño ambos, macho y hembra, tienen completa su cornamenta y su pelaje se muestra tan hermoso. Además, el pecho de la hembra, sus costillas y el esternón están bellamente grabados, por lo que podemos deducir que este objeto no fue hecho solo mediante el conocimiento rudimentario de un cazador, sino gracias a la penetrante mirada de un carnicero, de alguien que no solo observaba animales sino que les despiezaba.

Por un sorprendente golpe de suerte sabemos que este detallado naturalismo fue solo uno de los cuatro estilos de que disponían los artistas de la Edad de Hielo. En el caso de los renos, el Museo Británico muestra otra escultura, encontrada también en la misma caverna de Montastruc, que por una feliz simetría (donde nuestros renos fue tallados en el colmillo de un Mamut) muestra un Mamut grabado en la cornamenta de un reno. Pero este Mamut está definido de un modo muy diferente, y aunque es reconocible instantáneamente, se muestra simplificado, esquematizado, como entre una caricatura y una abstracción; y ello no es un accidente, algo excepcional. Los artistas de la Edad de Hielo mostraban todo un abanico técnicas y estilos artísticos: desde la abstracción o el naturalismo hasta incluso el surrealismo, asi como el uso de la perspectiva y de una sofisticada composición. Estos modernos seres humanos tienen modernos cerebros, exactamente como nosotros. Ellos siguen viviendo de la caza y de la recolección, pero también están interpretando el mundo a través del arte. ¿A dónde conduce todo esto? Dice el profesor Steven Mithen:

“Ellos podían combinar lo que sabían acerca de la naturaleza con lo que sabían acerca de la fabricación de objetos, adquiriendo una nueva capacidad para producir piezas de arte. Pero además, las condiciones de vida de la Edad de Hielo fueron a la vez tanto críticas como positivas, constituyendo un verdadero desafíos para la gente que vivía en esos ásperos y largos inviernos: la necesidad de construir intensos lazos sociales, de rituales, de religión, todo se relaciona en el florecimiento de esta fantástica creatividad artística. Allí debió haber asombrosos parajes… Los mamuts, las manadas de caballos y venados, los pájaros y sus migraciones hubieron de causar inmenso impacto en estos cazadores-recolectores. Parte de este arte enraíce quizás en un abrumador sentido de la belleza, y en un sentimiento de agradecimiento y celebración del mundo natural”

Un agradecimiento, pero no solo del mundo animal: esas gentes conocían muy bien cómo trabajar la mayoría de las piedras y minerales. Si observamos la pieza detenidamente, podremos ver que esta pequeña escultura es el resultado, de cuatro técnicas del trabajo de la piedra: la punta del colmillo fue cortada con una herramienta de corte de piedra; los contornos de los animales fueron grabados con un cuchillo de piedra y una espátula o rascador; todo el objeto fue pulimentado usando oxido de hierro en polvo mezclado con agua, probablemente aplicado con una badana de piel; y finalmente, la marcas en los cuerpos y los detalles de los ojos fueron cuidadosamente realizados con una herramienta de piedra para grabado. Tanto desde el punto de vista de la ejecución como en su concepción estamos ante una muy compleja obra de arte. Y me da la impresión que tiene todas las cualidades de observación e interpretación que uno buscaría en cualquier gran artista.

¿Por qué razón alguien se tomaría tantas preocupaciones para hacer un objeto que no tueviera un propósito práctico? Dice el Arzobispo Rowan Williams:

“Pienso que el arte de este periodo nos muestra a seres humanos tratando de integrarse plenamente en el flujo de vida que hay junto a ellos, deviniendo ellos mismos parte del proceso de vida animal que se desarrolla a su alrededor. Pero no solo en el sentido de controlar el mundo animal o garantizar el éxito de la caza en todo momento. Pienso que es más que eso. Hay realmente un deseo de introducirse, y casi sentirse en casa, en ese mundo a un nivel más profundo, y pienso que eso es lo que constituye realmente un profundo impulso religioso: sentirse en el mundo como en casa. Tendemos a veces a identificar religión con no sentirnos cómodos en el mundo, como si el mundo de las cosas reales estuviera en algún lugar del cielo y no junto a nosotros; pero si realmente nos fijamos en los orígenes de las religiones, si vemos al núcleo de los asuntos tratados por las grandes religiones del mundo, el otro sentido es el apropiado, es decir, cómo vivir aquí y ahora y cómo ser parte de ese flujo de vida.”

Esta escultura no tiene una función práctica: es solo forma. ¿Esto era arte, una imagen realizada solo por su belleza? ¿O tenía un propósito diferente? Representar algo, realizar una pintura o una escultura de algo, implica darle a ese algo un tipo de vida diferente, una especie de poder mágico. Y si somos capaces de afirmar nuestra relación con el en el mundo, somos capaces si no de experimetarla, al menos de imaginarla. ¿Sería ir demasiado lejos sugerir que un arte como este podría constituir la primera evidencia física de la religión? Rowan Williams otra vez:

“Al principio, por supuesto, no podemos realmente separar arte de religión. El arte es sagrado porque te lleva a un sitio donde ya no está presente la separación sujeto/objeto propia del enfoque naturalista, sino que te lleva a un nuevo espacio que es el de la actividad religiosa. Es con el paso del tiempo cuando la religión se involucra progresivamente en asuntos relacionados con el poder, a la par que el arte deviene involucrado en asuntos de la auto-expresión. Hoy en dia, ambos se observan desde cumbres separadas, perplejos, como a través de la niebla.

No creo que los primitivos humanos tuvieran realmente una palabra en sus cabezas que sonara a Dios. Ellos fueron descubriendo, a causa de su inteligencia y de los nuevos desafíos a que los sometía el entorno, cómo era cada vez más complicado ser “ser humano” en el mundo, y lentamente el mundo les fue transformando, transformándose a si mismos. Con esto, y con su identificación con los procesos del mundo en derredor, uno puede empezar a comprender, o al menos a intuir, que era “eso” que en el Antiguo Testamento llamaban “sabiduría”: una especie de “principio de unidad”, de unidad subyacente a todo lo que existe, y que acabamos identificando con el significado de Dios”

Ello indicaría que, mucho del arte realizado alrededor del mundo durante la Edad de Hielo, habría tenido una dimensión religiosa, aunque obviamente solo podemos adivinarlo como en un uso ritual. De ser así, este arte es parte de una tradición que continúa viva aun hoy día, y que es parte de la evolución de la conciencia religiosa con que todavía nos damos forma y damos forma a muchas de las sociedades humanas. Objetos como esta escultura de renos nadando nos llevan hasta la mente y la imaginación de gente como nosotros -hasta su mundo invisible, si, pero estudiable-. Y me hacen reflexionar sobre si, esa habilidad para ver más allá de lo funcional y de lo material, usando la imaginación, sea lo que en ultima instancia nos haga tal como somos los seres humanos modernos.

Al tiempo que nuestros renos nadando eran esculpidos en Europa, gente que habitaba el noreste de Asia estaba a punto de asentarse en América. Pero eso lo veremos en el siguiente programa.

i Nota a “proyectar”. Ver en:http://etimologias.dechile.net/?proyecto

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