Episodio 3 – Hacha de mano de Olduvai.

Episodio 3 – Hacha de mano de Olduvai.

Hacha de mano de Olduvai (bifazi, hecha hace 1,2-1,4 millones de años) encontrada en la Garganta de Olduvai, Tanzania, Este de Africa.

(Link del programa, grabación en inglés y fotografías de los objetos comentados: http://www.bbc.co.uk/ahistoryoftheworld/objects/I3I8quLCR8exvdZeQPONrw)

Episodio 3 Olduvai Handaxe

¿Qué llevas contigo cuando viajas? La mayoría de nosotros haría una larga lista que comenzaría con un cepillo de dientes y acabaría … en un exceso de equipaje. Pero para la mayor parte de la historia de la humanidad, hubo solo una cosa que realmente era necesaria para viajar: un hacha de mano de piedra.

“Son bellas herramientas…”

“Muy afilado en los bordes, verdad?”

“Pienso que quien quiera que lo hiciera, lo hizo muy bella y cuidadosamente”

“Una vez que fueron inventados, si se quiere usar esa palabra, nunca cambiaron el diseño… y creo que es el complemento definitivo para diseño de una herramienta excelente.”

Puede parecer algo sencillo, pero realmente un hacha de mano es algo extremadamente difícil de hacer, y por más de un millón de años ella fue, literalmente, una tecnología punta. El hacha de mano acompañó a nuestros ancestros a través de la mitad de su historia, y fue la razón principal por la que se esparcieron, primero a través de Africa y luego a través del mundo.

Durante un millón de años el sonido de su fabricación procuró la percusión de cada vida, y quienquiera que elija un centenar de objetos para contar una historia del mundo tiene que incluirla. Esta semana estoy tras objetos procedente de los primeros momentos de la historia humana. Cada uno que he elegido es un documento del mundo donde fue hecho, pero también ejemplifica una etapa crítica en el proceso por el cual devinimos plenamente humanos. Y, a mi entender lo que hace esta hacha de piedra tan interesante, es todo lo que sobre eso tiene que contarnos, no ya solo sobre la “mano” que la fabricó, sino sobre la “mente” que la pensó.

El hacha de mano de la Garganta de Olduvai no se parece, por supuesto, a un hacha moderna. No tiene mango ni hoja metálica. De hecho, es un trozo de piedra volcánica, de un precioso gris verdoso, hecha en forma de una gota de lágrima, pero sin embargo es muchísimo más versátil de lo que cualquier hacha moderna pudiera ser. La piedra fue lascada (cincelada) para obtener un borde afilado a lo largo del lado largo de la “lágrima”, por decirlo así, y darle un borde agudo en un extremo. Cuando se la sostiene en una mano humana resulta sorprendente cómo coincide en la forma, pese a que esta piedra sea inusualmente larga y más grande que la mayoría de las manos humanas. Pero además, en las marcas del lascado que le dio forma, puede verse que está bellamente trabajada.

Un hacha de mano como esta vino a ser la Navaja Suiza de la Edad de Piedra, una pieza esencial de la tecnología, con múltiples usos. Un extremo podía usarse como un taladro mientras que los largos bordes podían servir para cortar arboles o carne o raspar pieles o cortezas. Uno puede imaginar el uso de esta herramienta para despiezar un elefante o cortar y remover la carne

Las primeras herramientas, como la piedra lascada que vimos en el último programa, podrían resultarnos algo rudimentarias. Parecen adoquines astillados, y fueron construidas cogiendo grandes trozos de piedra, golpeándolos unos contra otros hasta hacer saltar fragmentos y obtener el filo. Pero esta hacha de mano es un asunto de otra índole. Este es el experto tallador de piedras Phil Harding:

“He seleccionado un trozo de pedernal que es relativamente largo y delgado -no debería darnos gran trabajo reducirlo-. Y hago lo siguiente: selecciono una piedra dura como martillo, en este caso un guijarro de cuarcita del tamaño de una bola de cricket, y elijo un sitio para golpearle, y ese es el sitio donde empiezo a tallar. Golpeando con el pedernal saco una escama de un lado y luego del otro, una y otra vez hasta que, como pueden ver, he obtenido una forma basta de lo que buscábamos. Tiene forma redondeada, con muescas a ambos lados, pero fundamentalmente está provista de un borde afilado que da toda la vuelta”.

Solo viendo a un experimentado tallador haciendo su trabajo tomamos consciencia de cuántas habilidades debió poseer el fabricante de nuestro hacha de mano. Un hacha de mano no es una cosa fácil, sino que es el resultado de la experiencia, de una planificación cuidadosa y de una habilidad y aprendizaje refinados durante mucho tiempo.

“Ahora bien, si la gente quería refinarla era porque eran gentes creativas. Buscaban hacer objetos bellos y no solo funcionales, que es lo que haríamos si cambiáramos un martillo hecho con una pesada piedra por otro mucho más liviano… como por un pedazo de asta que puede ser un martillo perfecto. Y con ello, el objetivo de refinar la forma redonda y el filo se conseguiría en aproximadamente 15 minutos. (Phil Harding)

Pero, así como es necesaria una gran destreza manual, lo que resulta importante para nuestra historia es el salto conceptual requerido, la capacidad para imaginar en un simple y basto trozo de piedra la forma que queremos extraer, al modo en que lo haría un escultor moderno viendo la estatua dentro de un bloque de mármol.

Esta particular pieza de piedra de suprema hi-tech tiene una antigüedad de entre 1,2 y 1,4 millones de años. Al igual que la herramienta de cortar que vimos en el último programa, esta fue encontrada en el Este de Africa, en la Garganta de Olduvai, ese gran tajo de la sabana en Tanzania. Pero esta viene de una capa más alta que la herramienta de corte, pero además hay un gran salto entre aquella primera herramienta y este bifaz (hacha de mano) porque pienso que es en esta herramienta donde podemos encontrar los verdaderos comienzos del ser humano moderno, las características de alguien que podríamos reconocer perfectamente como uno de nosotros.

Todo este cuidadoso interés y creatividad planificada implican un enorme avance en el modo en que nuestros ancestros veían el mundo, y en cómo su cerebro trabajaba. Pero este bifaz (hacha de piedra) puede también contener evidencias de otras cuestiones aun más destacables. Por ejemplo ¿guarda esta herramienta de piedra el secreto del “discurso”, del lenguaje humano? ¿Sería haciendo objetos como estos como aprendimos a hablar entre nosotros?

Los científicos han buscado qué es lo que pasa dentro del cerebro cuando una herramienta de piedra está siendo elaborada. Utilizando un escaner hospitalario moderno, para ver qué partes del cerebro se usan cuando un tallador está trabajando con una piedra, hallaron sorprendentemente que las áreas del moderno cerebro que se activan cuando estamos haciendo un bifaz coinciden considerablemente con aquellas que usamos cuando hablamos. Lo que vendría a significar que, si uno es capaz de dar forma a una piedra, uno es capaz de dar forma a una oración.

Por supuesto que no tenemos ni idea de qué es lo que pudo haber dicho el fabricante de nuestro hacha, pero parece probable que habría tenido aproximadamente las habilidades lingüísticas de un niño de 7 años. Pero, fuera o no ese su nivel, su temprano discurso claramente podría haber constituido una nueva capacidad de comunicación, que podría haberse traducido en que la gente pudiera sentarse intercambiando ideas, planeando su trabajo o hasta chismorreando. Si puedes hacer un bifaz decente como este, posiblemente tu eres bueno para algo que nosotros reconoceríamos como sociedad (socialización).

Por tanto, 1,2 millones de años atrás ¿dónde estabamos? Podíamos hacer herramientas como nuestro bifaz, que nos ayuda a controlar el entorno y a transformarlo. Pero el hacha nos da no solo mejor comida, sino que puede también proveernos de pieles de animales (para ropa) o darnos tiras de ramas para el fuego o el refugio. Y no solo eso, gracias a ella hoy podemos hablar unos con otros e incluso imaginar algo que no está físicamente frente a nosotros. El hacha de mano nos acompañará en un inmenso viaje, porque todas esas habilidades constructivas ya no están atadas al entorno inmediato. Si necesitamos o queremos movernos, podemos hacerlo. Viajar es posible, puede que incluso deseable, y podemos movernos más allá de las cálidas sabanas africanas y sobrevivir, quizás incluso desarrollarnos -mejorar- en un clima más frio. El hacha de mano será nuestro pasaporte para el resto del mundo, por lo que en las colecciones del Museo Británico ustedes podrán encontrar bifaces provenientes de todo Africa -Nigeria, Sudáfrica, Libia-, pero también de Israel, e India, España y Korea -incluso de un hollo de gravas, cerca del aeropuerto de Heathrow-.

Y tal como se mudaron al norte, esos primerizos constructores de hachas acabaron siendo los primeros británicos. Nick Ashton ha hecho excavaciones en la costa de Nortfolk en Happisburg:

“En Happisburg tenemos estos acantilados de 30 pies (9 metros), que se componen de arcillas, limos y arenas, formados por la gran glaciación de hace 450.000 años -que llegó hasta las afueras del norte de Londres-. Por debajo de esas arcillas un hombre, paseando a su perro, encontró un bifaz embebido en estos sedimentos orgánicos. Estas herramientas, de las que las primeras fueron hechas en Africa hace 1,6 millones de años, llegaron al sur de Europa y parte de Asia hace un millón de años, y alcanzaron las islas británicas en algún momento entre los 600.000 y 500.000 años atrás. Por supuesto, hoy es playa, pero la costa hace muchos años estuvo unas cuantas millas más allá. Si camináramos por la antigua linea de costa arribaríamos a lo que hoy llamamos The Netherlands, corazón de la Europa central. Ese era por entonces el mejor puente de tierra que conectaba lo que luego fueron las Islas Británicas con el continente europeo. Realmente no sabemos por qué los humanos colonizaron el espacio de las islas británicas, pero quizás lo fue gracias a la efectividad de esa nueva tecnología llamada hacha”

El hacha de piedra fue fabricada esencialmente del mismo modo y en la misma forma durante un millón de años, y pudiendo ser la más exitosa pieza de la tecnología humana jamás construida. Pero ¿queda aun un último secreto en esta piedra? Nuestro bifaz es un poco demasiado grande para ser usado fácilmente. ¿Por qué lo harían así? Lo mostré a un experto en diseño ergonómico, el inventor Sir James Dyson:

“Lo que me resulta interesante es que realmente no es muy práctico. Es de doble cara, con filo en ambas caras, es decir, simétrico. Está casi más pensado como un objeto de belleza que como un objeto práctico. Por tanto, yo me preguntaría si es un objeto decorativo, o incluso si es algo así como una espada ceremonial para hacerte parecer más bravo, poderoso, y quizás para atraer mujeres. No me parece una herramienta práctica, sino que parece más bien un objeto de espectáculo, decorativo más que práctico. Porque haga lo que haga con él me hago daño en la mano. Por ello pienso que es un bello objeto, pero no creo que haya ninguna intención -una seria intención- detrás”

Por supuesto sigue siendo (es) un objeto práctico, y sin embargo vale la pena seguir especulando como lo hace Sir James Dyson, sobre si nuestro bifaz fue hecho bien un poco demasiado grande para facilitar su uso, o bien para mostrar que fue hecho para alguien importante. ¿Estamos quizás ante uno de los más antiguos símbolos de status, de expresión de un orden social jerárquico? Este hacha es tan placentera para el ojo como para la mano, por lo que no cabe menos que preguntarse si no fue diseñada para ser en cierta medida un objeto de belleza. ¿Es este el inicio de la larga historia del arte, e incluso, del arte puesto al servicio del poder? O estamos proyectando sobre nuestros distantes ancestros nuestro modo moderno de pensar la belleza y el estatus’

En el próximo programa vamos a entrar indiscutiblemente en el Reino del Arte: vamos a ver una obra maestra de la escultura de la Edad de Piedra, tallada en el colmillo de un Mamut.

Notas:

iHacha de mano, handaxe, bifaz. Aunque parece ser que no son lo mismo, como no afecta a la idea central del episodio, usaremos indistintamente esos términos en esta traducción. Ver discusión en http://es.wikipedia.org/wiki/Bifaz

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