SEMINARIO DE LECTURA de EL CAPITAL de MARX (tomo I). En VALENCIA.

  • Lugar: Fundación de Estudios e Iniciativas Sociolaborales (FEIS) c/Serranos, 13 (46003 Valencia).
  • Duración: 80-120 horas (40-60 sesiones)
  • Fecha de Inicio: Jueves 30 de enero de 2014
  • Fecha de finalización: Mayo 2015
  • Periodicidad: Semanal, de 14hs a 16hs (2 h/sesión) (excluyendo festivos y vacaciones).
  • Inscripción: escribir a jnegroasensio@gmail.com indicando: nombre y apellidos, edad y formación/profesión (por las características de la actividad las plazas son limitadas, por lo que se ruega un compromiso firme, mantenido hasta el final)

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ESTRUCTURA Y CONTENIDO:

Modulo 1: Mercancía, dinero.
Duración 15 semanas (30/1 – 29/5).
Contenidos: Capítulos 00 a 04.

Módulo 2: Plusvalía, plusvalor absoluto y relativo. Salario.
Duración: 13 semanas (05/6 – 25/9).
Contenidos: Capítulos 05 a 20.

Módulo 3: El proceso de acumulación del capital. Acumulación originaria. Colonización.
Duración 12 semanas (02/10 – 18/12).
Contenidos: Capítulos 21 a 25.

 

OBJETIVOS:

Principal: Realizar una lectura completa de El Capital, llana, no erudita, literal, con el fin de entenderlo con la mayor profundidad que nos sea posible (sin sectarismo ni prejuicios de ningún tipo, ni a favor ni en contra) y reflexionar y discutir sobre su vigencia.

Secundarios:

  • Esbozar una visión general del marco histórico y filosófico en el que tiene lugar la publicación de El Capital y el escenario que describe (el fin del Antiguo Régimen, la Revolución Francesa, la Revolución Industrial, el capitalismo industrial nacional, los períodos revolucionarios del siglo XIX, el liberalismo, el liberalismo doctrinario, los socialismos, el movimiento obrero).
  • Esbozar la evolución histórica posterior hasta nuestros días y tratar de entender el hilo conductor que nos trae desde entonces hasta hoy (el imperialismo, el comunismo, la revolución bolchevique, los fascismos, la Primera y Segunda Guerra Mundial, la descolonización, la caída del Muro de Berlín, la globalización, el capitalismo financiero globalizado…).
  • Todo clásico lo es por su capacidad para provocar múltiples relecturas: qué es lo que nos dice El Capital, 150 años después de su publicación.

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DESARROLLO:

El seminario consistirá en reuniones semanales de dos horas, moderadas por mi, en las que se irá leyendo y discutiendo, progresivamente y sin prisa, página a página, la totalidad de la obra hasta completarla. Nos detendremos cuantas veces sea necesaria para esclarecer los conceptos clave y procurar que todos alcancemos una comprensión lo más precisa posible de su contenido.

Cuando digo «comprensión precisa» no me refiero a interpretaciones más o menos «acertadas», dogmáticas o economicistas, de uno u otro signo (es decir, «lo que quiso decir» el autor), sino a su contenido literal («lo que dice», sin más). Lo que quiso decir, o lo que diga para nosotros, en un mundo en muchos aspectos radicalmente diferente 150 años después de haber sido escrito, es algo que cada uno deberá reflexionar para si a lo largo del seminario. Si el seminario es exitoso y somos capaces de mantener la participación activa hasta el final (el esfuerzo no será pequeño) esa última interpretación formará parte del debate final, y será la guinda que lo corone. Entretanto, en la medida de lo posible, procuraremos ceñirnos a la interpretación literal, y en todo caso comparando traducciones.

La obra no tiene desperdicio, es profunda y brillante. Y aunque todas sus parte son vitales, pues unos conceptos van construyendo y permitiendo la comprensión de otros, hay secciones que son más literarias (narrativas) que otras, resultando unas relativamente sencillas y atractivas y otras más difíciles y áridas. Por eso, habrá capítulos por los que pasemos con una simple lectura, y otros que requerirán mayor detenimiento (no solo por su estilo, sino por su complejidad, trascendencia, oscuridad de la traducción o simplemente por los debates que generen, que espero que sean muchos y acalorados).

En función del número, actitud, implicación y composición de los asistentes la dinámica podrá tener ligeras variaciones y diverso éxito:

  • Para cada sesión los asistentes deberán traer su propio texto, y ya leído u oído (según necesidad). Los participantes dispondrán desde el comienzo de los archivos pdf y mp3 de la obra completa. Eso nos permitiría una lectura ágil, deteniéndonos solo en lo fundamental y así tener tiempo para resolver dudas, esquematizar la obra y disfrutar de los debates que siempre son tan enriquecedores y nos ayudan a fijar las ideas.
  • Las obras de Galeano (Las venas abiertas de América Latina) y de Villarés-Bahamonde (El mundo contemporáneo. Siglos XIX y XX) por ejemplo, pueden ser importantes para colocar El Capital en su contexto (y a nosotros en el nuestro). La de Galeano es una obra de combate, pero extraordinariamente documentada, por lo que filtrando su vehemencia el contenido es magnífico e iluminador. El libro de los profesores Villarés y Bahamonde, por el contrario, es un manual de historia, pero muy bien escrito y estructurado, de modo que sitúa los hechos y permite tener las referencias adecuadas para interpretar los acontecimientos. Por eso, sería interesante y productivo que, de entre los participantes, algunos (voluntariamente, individualmente o en grupo) prepararan algunas exposiciones para los demás sobre temas puntuales e ilustrativos, como por ejemplo: la estructura de la propiedad de la tierra en la época feudal y su cambio en la modernidad y con la Revolución Industrial, el comercio mundial (esclavos, armas, suntuarios, materias primas), las diferencias entre el feudalismo continental o insular, las diferencias entre la Revolución Industrial continental o insular (o americana), el colonialismo, el origen del capital financiero, las guerras del opio, la colonización de la india, la alfabetización, los socialismos, en fin, otros mil etc. todos apasionantes e importantes y fuertemente relacionados con nosotros y con lo que nos pasa.
  • La actitud de los asistentes deberá ser en todo momento CRITICA. Eso no significa, como comúnmente se cree, que hay que ser crítico respecto de lo que los otros dicen, o de lo que dice el texto… Eso es impertinencia y no crítica. La actitud crítica lo es siempre para con uno mismo. Cuando uno quiere aprender, uno tiene que partir del «supuesto» de que (muy probablemente) una o muchas de nuestras ideas y fundamentos estén equivocados, o simplemente no abarcan la totalidad del problema, ignorando cuestiones importantes. Realmente, más que un supuesto debiera ser un axioma, ya que por definición nuestra visión del mundo siempre es fragmentaria. Todo objeto es poliédrico en muchos sentidos y no nos es posible acceder a todas sus caras, ni mucho menos simultáneamente. Por tanto una actitud crítica consiste en primer lugar en acceder al objeto de estudio con humildad, sabiendo que hay mucho que aprender y que nuestra visión siempre será limitada. Y en segundo lugar requiere aplicar en todo momento el PRINCIPIO DE CARIDAD INTERPRETATIVA, suponiendo que el texto, o nuestro interlocutor, es RACIONAL, y que tras sus palabras hay un SENTIDO que es importante para nosotros, y que queremos desentrañar. Sin el principio de caridad puede haber griterío, pero no una discusión ni mucho menos aprendizaje.
  • Si el tiempo lo permite, podremos invitar a especialistas externos al seminario (algún profesor, por ejemplo) para que nos de una charla sobre temas específicos, siempre ciñéndonos a los objetivos del seminario (El Capital y su contexto económico, histórico, filosófico y político).
  • El número de participantes no debería bajar de 5, ni ser mayor de 20 o 25. Con menos no habría debate, y con más lo transformaríamos en una clase… despersonalizada y aburrida. Para futuras ediciones haremos cuantos grupos sean necesarios, agrupando a los asistentes si es posible por afinidad formativa. El objeto del seminario es descubrir personalmente, cada uno de nosotros, «qué leemos» (y no qué «nos leen») y para ello tenemos que ser pocos (pero suficientes y disímiles) y en cercanía, como amigos, con una ambición común.
  • Esa ambición común debe ser la intelectual, y no otra. El objeto de este seminario NO es de carácter proselitista sino formativo. Por lo que incluso serán de agradecer visiones contrapuestas (siempre por supuesto fundamentadas, estructuradas y respetuosas) en las argumentaciones de los debates, que nos servirán a todos para tener una visión más amplia y libre de los problemas de que tratemos, y para medir y poner a prueba la fuerza de nuestras convicciones y argumentos. El acaloramiento no debería hacernos perder nunca de vista el objetivo y las formas del seminario: aprender (entender) asépticamente lo qué dice el libro y sus argumentos, enriquecerlo con el marco histórico, confrontarlo racionalmente con nuestros conocimientos y valores personales, … y ver si salimos de ese viaje igual que como hemos entrado, cosa que sinceramente dudo que ocurra y con lo que el seminario se podrá dar por concluido exitosamente.

¡Bienvenid@s a tod@s!

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