SIn duda, hay muchos peores mundos posibles…

Los prisioneros eran ganado humano(*).

El Ejército japonés practicó el canibalismo como “una estrategia militar organizada” al final de la II Guerra Mundial, concluye Antony Beevor en su último libro.

A veces se dicen cosas que me asombran. Y, si, es verdad que con las barbaridades que leemos y oímos a diario, ¡ya debería estar uno acostumbrado…! Pero cuando una aparente barbaridad como esta viene de la mano de un erudito reconocido, me saltan todas las alarmas.Y entonces me entran ganas de leer el libro, aunque sea solo para ver si lo que pone en el artículo se ajusta al texto, o simplemente es una de tantas interpretaciones “libres” de las que se permiten impunemente los periodistas, abusando de la amnesia colectiva y de que el papel lo aguanta todo…

“(…) atrocidad japonesa al final del conflicto: el canibalismo y el uso de prisioneros de guerra como “ganado humano”, que eran mantenidos con vida solo para ser asesinados de uno en uno con el objetivo de ser devorados. Esta salvajada formó parte (…) de “una estrategia militar sistemática y organizada”.”

Vamos a ver… Pido perdón, porque lo que voy a decir puede sonar muy mal, pero ruego paciencia.

Casos de canibalismo documentado hay en abundancia a lo largo y ancho del globo. Pero, salvo en el caso ritualista Azteca (que nunca ha estado claro, aunque parece fundarse en un déficit regional y crónico de proteína animal per cápita que hacía al canibalismo de las élites ventajosamente adaptativo) en todos los demás casos el canibalismo ha sido una práctica puntual, fundada bien en alguna perversión psicópata personal o en la necesidad imperiosa de sobrevivir devorando los cadáveres humanos como si fueran mera carroña. Hasta donde yo se (que debo reconocer que es poco) ni siquiera el tan pregonado canibalismo entre tribus, tras enfrentamientos guerreros, ha sido documentado fuera del “dicen que dicen” de los misioneros europeos. Matar para comer, sea al prójimo o al enemigo, entre gentes de bien, no estuvo nunca bien visto. Básicamente porque alguien que te mira como a un filete no parece ser un interlocutor muy fiable. Y eso es una actitud muy poco inteligente… ya que obviamente crea enemistades irreconciliables y por tanto es en general muy poco adaptativa. Esa es la razón por la cual el canibalismo nunca formó parte de una estrategia sistemática y organizada de ningún grupo social, ¡y menos aun, hombre de Dios -si existe que baje y lo vea-, la cría y engorde de seres humanos como ganado! Entre otras razones, además de las anteriores, por la muy sencilla y triste razón de que la cantidad de calorías requeridas para alimentar y mantener un omnívoro (como es el caso de un ser humano) es mayor que las que se obtienen de su peso en carne; a parte de que un omnívoro es un competidor directo por los recursos escasos del hábitat del ganadero: un hombre-ganado al que no se pueda alimentar con pienso consume los mismos alimentos y agua que el criador y, además, los desperdicia quemando calorías viviendo. Vamos, un desastre.

La cria como ganado de un omnívoro, fuera de una organización industrial, es un lujo que solo pueden permitirse las sociedades más opulentas, que destinan una gran parte de sus excedentes alimenticios al engorde de carne de excelente calidad (por ejemplo el cerdo, animal de lujo por excelencia, dados sus consumos de protenina y agua). Las sociedades menos opulentas, o las empobrecidas, tienen que recurrir a los herbívoros, ya que aunque su carne no es tan buena desde un punto de vista metabólico, su mantenimiento no pone en peligro al grupo humano dado que su fuente de alimentación principal es la celulosa, alimento totalmente indigerible por un hombre. Esto y no su sonrisa es lo que hace a los herbívoros tan queridos en todas las culturas, y a los cerdos -pese a su sonrisa- generalmente malditos.

Conclusión: que hubiera canibalismo, vale; que se comieran a los prisioneros, también, pero que los mantuvieran vivos como ganado para comérselos uno a uno, y que ello formara parte de una “estrategia militar sistemática y organizada”… ¡hombre, eso ya es ir muy lejos y tengo que leerlo con más detenimiento, de la misma fuente, y ver las razones que aporta para una afirmación tan extraordinaria!

¿O será parte de la campaña a la que nos están sometiendo para que seamos conscientes de que hay muchos peores mundos posibles?

(*) GUILLERMO ALTARES Madrid 13 SEP 2012 – 01:33 CET
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/09/12/actualidad/1347478479_303840.html

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