Tecnocracia, economía, ideología y política.

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Tecnocracia, economía, ideología y política.

Una de las mayores estupideces contemporáneas, y que sin embargo ha calado hondo en la conciencia popular, como una adormidera, es que la auténtica política consiste en la correcta administración y economía, y que todo lo demás es ideología… olvidando la minucia conceptual de que la economía es una ciencia (si es que lo es) de medios y no de fines, y por tanto una técnica, y que cualquier técnica es adecuada o no según los fines a los que se aplique.

Lógicamente, acto seguido se corre otro estúpido velo sobre el hecho de que esos fines, que dependen de la elección o priorización entre valores que no son alcanzables simultáneamente (libertad / seguridad / igualdad / individualidad / dignidad / independencia / bienestar / desafío…etc.), no son decidibles “científicamente” y que dependen de su debate en consenso para hacerlos compatibles con otros tales como la paz o la armonía o la cohesión social, etc.

Para evitar cualquier peligro de reflexión, desde el monopolio de los medios de comunicación y educativos se recurre a un coctel de amplio espectro que permite convencer por activa o por pasiva a la mayoría de la gente:

1) por un lado se ensalza el relativismo -especialmente valorativo e intelectual, no así el cultural o religioso- que suele ir acompañado de una receta de tecnocracia para todos; junto a

2) Un integrismo moral y religioso que desde una ética (si es que se puede llamar asi al adoctrinamiento) de máximos permite colocar fuera del sistema a los díscolos.

3) Para estos últimos, pobres angelitos, y pocos afortunadamente, siempre quedan los antidisturbios, convenientemente descerebrados de toda otra posibilidad moral o intelectual que no pase por la doctrina tecnocrática de la obediencia debida.

¡Qué 2013 nos espera!

Hoy, os invito a leer un buén artículo al respecto, de Xavier Caño Tamayo – ATTAC Acordem: Ideología y política, ni gestión ni gerencia (Público, 3 enero 2013)