El neurocientífico Daniel Levitin explica cómo los estudiantes pueden impedir que las redes sociales y la multitarea arruine su tiempo de estudio.
La información está siendo creada y diseminada mucho más allá de lo que cualquiera de nosotros puede absorber. Google estima que, en los últimos cinco años, los seres humanos han creado más información que en toda la Historia -300 exabytes (300 millones de terabytes) de información, para ser precisos-. Si toda esa información se escribiera en fichas de 3×5, solo sus datos personales podría cubrir la superficie de la tierra dos veces. Las tarjetas, apiladas, alcanzarían la luna tres veces.
Redes sociales, emails, mensajes de texto y llamadas telefónicas ocupan una creciente cantidad de tiempo. Nuestra lista de tareas está tan llena que no es esperable completar cada uno de sus puntos. Y, contra eso, ¿qué hacemos? Hacer multitarea, malabares con varias cosas a la vez, llevándolo todo adelante, manteniéndonos siempre ocupados.
Sin embargo, una investigación de la que participó Earl Miller (MIT) muestra que la multitarea no funciona, simplemente porque el cerebro no trabaja de ese modo. Si Ud está estudiando un libro y tratando de oír una conversación al mismo tiempo, ambos constituyen proyectos separados, cada uno de ellos empezado y mantenido por distintos circuitos cerebrales. Poner momentáneamente más atención en uno, reduce automáticamente la atención puesta en el otro.
Para empeorar las cosas, el aprendizaje en multitarea ocasiona que la nueva información se dirija a la parte equivocada del cerebro, como muestra Russ Podrack de Stanford. Si los estudiantes estudian y ven televisión al mismo tiempo, por ejemplo, la información se dirige al striatum, una región especializada en acumular nuevos procedimientos y habilidades, no hechos o ideas. Sin la distracción de la TV, la información iría al hipocampo, donde se organiza y categoriza, facilitando su recuperación.
“La gente no puede realizar bien la multitarea, y cuando dicen que pueden se engañan” dice Miller. Nuestro cerebro es muy bueno engañándonos.
Si eso no fuera bastante para poner freno a su multitarea, debe saber que el cambio de tareas consume la glucosa que nuestras neuronas necesitan para funcionar óptimamente. Por eso, si después de una mañana de Netflix, agenda electrónica y videos de gatitos, siente que su cabeza no es capaz de hacer las cosas, es porque en el camino ha dilapidado los recursos neuronales que necesitaba para estar atento y enfocado.
Los estudiantes que solo hacen una tarea, y se mantienen inmersos en una cosa cada vez, recuerdan su trabajo mejor, producen más y normalmente su trabajo es más creativo y de mayor calidad.
Pero a no desesperar. Afortunadamente, unos pocos consejos pueden ayudarle a frenar este aspecto de la vida moderna, obteniendo lo mejor de Ud.
Deje a su mente divagar.
Las pausas son saludables para resetear el cerebro, y restaurar parte de la glucosa y nutrientes metabólicos gastados en el pensamiento profundo. Una pausa saludable es aquella que permite que el cerebro descanse, sin controlar los pensamientos.
Actividades que promueven la ensoñación, como la literatura, el paseo, el ejercicio o escuchar música, son enormemente recuperadoras. Muchos estudiantes encuentran que ciclos de trabajo-descanso, por ejemplo, de 25 minutos de trabajo seguidos de cinco minutos de descanso, o incluso de dos horas de trabajo seguidos de 15 minutos de descanso, promueven la eficiencia del estudio más allá del tiempo invertido en el descanso. ¡Y una siesta de 15 minutos es aún mejor!.
Crear una “zona sin distracciones”
Las redes sociales e internet son hoy unas de las mayores barreras al repaso y estudio efectivos. Ello es así porque el cerebro tiene tendencia a probar nuevos estímulos, y a encontrar el camino del menor esfuerzo. ¿Alguna vez se ha sentado frente al ordenador, con el propósito de escribir un ensayo, y se ha encontrado con su atención dispersa? Ud podría recordar en ese momento que quería ver una película, y va a internet en busca del horario de exhibición. Pero encuentra que hay tres películas interesantes exhibiéndose en su barrio. En Filmaffinity mira las reseñas, y luego va a Facebook a ver qué es lo que han comentado sobre ellas sus amigos. Antes de que se de cuenta han pasado dos horas. Ud no ha conseguido hacer su trabajo, y su mente ha quedado agotada con toda esa estimulación.
Cada vez más estudiantes, científicos y directivos se esfuerzan por respetar y hacer respetar los periodos de tiempo sin distracciones apagando internet -dándose un tiempo para enfocar, concentrarse y ocuparse profundamente en lo que está frente a ellos-.
Conseguirlo puede ser tan simple como salir del buscador o desconectar la red inalámbrica. Chrome, incluso, tiene una extensión que permite limitar el tiempo consumido en ciertos sitios, e igualmente muchas aplicaciones respetan “zonas sin distracción”.
Poco a poco retome el control
La adicción a la multitarea y a las redes sociales es real; hay un lazo de retroalimentación entre la dopamina y la adicción. El cerebro humano busca novedades -de forma más acuciada en unas personas que en otras- y la dopamina es su recompensa por encontrarlas. La domapina puede ser vista como el “dame más” neuroquímico. La multitarea proporciona al cerebro algo nuevo cada segundo, que libera dopamina haciéndonos desear encontrar algo nuevo. Una y otra vez, hasta quedar exhaustos.
Muchos de nosotros permitimos que las redes sociales y los mensajes nos interrumpan, permitiéndoles decidir cómo gastar nuestro tiempo. Pero pequeños cambios en el modo en que usamos internet, pequeñas mejoras de autodisciplina, pueden marcar la diferencia entre utilizar internet o dejar que internet nos use a nosotros.
Nosotros no podemos reducir el flujo de información, pero si podemos controlar cómo y cuánta se introduce en nuestros planes, en nuestro tiempo de estudio, en nuestra vida social, y sobre todo en el tiempo de ensoñación, distracción y descanso que necesitamos para ser productivos y creativos.
[Artículo original, visto en: Want to learn faster? Stop multitasking and start daydreaming]