Episodio 7 – Ain Sakhiri, o “Los amantes”.

Amantes de Ain Sakhiri, figurilla fabricada alrededor de 11.000 años atrás. Escultura de piedra, encontrada cerca de Bethlehem.

(Link al programa, grabación, texto en inglés y fotografías de los objetos: http://www.bbc.co.uk/ahistoryoftheworld/objects/vNEwNR8rSzGPSwSn3yeJwA)

Episodio 7 - Ain Sakhire lovers

Cuando la última glaciación hubo llegado a su fin, alguien cogió un guijarro en un pequeño rio, no lejos de Bethlehem. Un guijarro que rodó corriente abajo, golpeado y gastado contra otras piedras, en ese proceso que los geólogos llaman poéticamente “parloteo” (“chattering”). 11.000 años atrás, una mano humana le dio forma, desportillando este hermoso y castaño guijarro redondeado, transformándole en uno de los más conmovedores objetos del British Museum. En el se muestran dos personas desnudas, literalmente absortas la una en la otra. Es la más antigua representación que tenemos de una pareja haciendo el amor.

Solemos imaginar que nosotros somos los descubridores del sexo, y que en épocas anteriores todos eran simples y mojigatos; sin embargo, esta pieza muestra que los seres humanos hemos sido emocionalmente sofisticados al menos desde el 8.000 BC, cuando esta escultura fue producida; y además, estoy seguro, éramos emocionalmente tan sofisticados como podemos serlo ahora” (Marc Quinn).

Pienso que la sexualidad era una parte muy pero muy importante, tanto del mundo simbólico como del social” (Ian Hodder).

Al finalizar la Edad de Hielo, a medida que el clima se templaba, los humanos fueron cambiando gradualmente la caza y la recolección por un modo de vida sedentario basado en la agricultura; un proceso en el que toda nuestra relación con la naturaleza se vio transformada. Desde la vida hasta el más pequeño detalle del ecosistema, tratamos de vencer a la naturaleza. En Medio Oriente, el clima templado dio lugar a una rica pradera. La gente que se había ido desplazando, cazando gacelas y recolectando semillas de lentejas y pequeños guisantes, ahora estaba ante una exuberante sabana. Surgía la oportunidad de dejar de moverse. Con la vida sedentaria, deliberadamente se recolectaron granos de los tallos, seleccionando y sembrando semillas, y dando comienzo (casi inadvertidamente) a lo que hoy llamaríamos ingeniería genética. Lentamente, el trigo y la cebada crearon todo un mundo de agricultura básica. Y con la vida estable, nuestros ancestros cambiaron sus dioses, produciendo imágenes capaces de mostrar y celebrar los elementos significativos de su universo cambiante: comida, poder, religión, sexo y amor. El fabricante de nuestros “amantes” era uno de ellos.

En el Manuscript Saloon del British Museum, la mayoría de la gente pasa de largo frente a la urna que contiene la estatua de los “amantes”. Quizás, porque vista desde lejos no parece gran cosa; es pequeña, del tamaño de un puño cerrado. Solo cuando te acercas ves que se trata de una pareja sentada, con brazos y piernas entrelazadas en un íntimo abrazo. No pueden distinguirse rasgos faciales, pero si puede verse que se trata de dos personas que están mirándose a los ojos. Es una de las expresiones de amor más emotivas que conozco, comparable a las geniales de Brancusi o Rodin. Pregunté al escultor contemporáneo Marc Quinn qué pensaba de ella:

Es increíble estar en presencia de este objeto. Para mi, lo más increíble es que cuando la mueves, viéndola desde diferentes ángulos, cambia completamente su aspecto. Desde un lado, estás ante dos figuras abrazándose. Pero desde otro, se trata de un pene; desde otro lado, una vagina; y desde otro por fin dos pechos. Es como si se quisiera mostrarse el acto del amor en toda su representación. Todos esos diferentes lados están en tu mano, tan solo girando el objeto. Esta escultura no trata de representar un instante, sino que caminando alrededor suyo, el objeto va exponiendo cosas diferentes en tiempo real, como si tuviera una cualidad cinemática. Tenerla en tus manos es conmovedor, un bello objeto sobre la relación entre las personas”

Pero, ¿qué sabemos de las personas capturadas en este amoroso abrazo? El fabricante (¿o deberíamos decir “escultor?) de los amantes, provenía de un pueblo que llamamos Natufians, que vivía en lo que hoy es Israel, Palestina, Líbano y Siria: concretamente, nuestra escultura viene de una zona al sureste de Jerusalem. En 1933, el gran arqueólogo francés Abbé Henri Breuil y el también francés y diplomático René Neuville, visitaban un pequeño museo en Bethlehem. Neuville escribió:

Al final de la visita, observé una caja de madera conteniendo varios objetos de las zonas de alrededor, de los cuales, salvo una estatuilla, ninguno tenía valor. Comprendí inmediatamente el significado que envolvía su diseño y pregunté por el origen de esos objetos. Se me informó que habían sido traídos por un beduino que volvía a Bethlehem desde el Mar Muerto.”

Intrigado por esa figura, Neuville procuró saber más acerca de ese descubrimiento y buscó al beduino del que le habían hablado. Localizó al hombre responsable del hallazgo, quien le hablo de una cueva, en el desierto de Judea, no lejos de Bethlhem. La cueva fue llamada Ain Sakhir, por lo que la escultura de los amantes que tanto había cautivado a Neuville también fue llamada “Los amantes de Ain Sakhiri”. La escultura fue encontrada junto a otros objetos que permitieron establecer claramente que se trataba de una morada y no de una tumba, por lo que nuestra escultura debió jugar algún rol doméstico en la vida cotidiana.

No sabemos exactamente qué rol pudo ser ese, pero si sabemos que la morada perteneció a gentes que vivieron en los mismos albores de la agricultura, con un nuevo estilo de vida que involucraba la recolecta y el almacenaje de comida.

Las semillas silvestres caían de las plantas, acabando esparcidas por el viento o comidas por los pájaros; pero esta gente seleccionó las que permanecían en los tallos, quitándoles la cáscara y moliendo los granos para fabricar harina, o sembrando las semillas excedentes.

De ello resultó una profunda transformación de la vida humana y una verdadera revolución en la historia. La vida sedentaria nos hizo más vulnerables a los problemas de las cosechas, a la peste, las enfermedades y sobre todo al clima. Pero mientras las cosas iban bien, la sociedad crecía. La garantía de comida abundante dio lugar a una explosión demográfica, apareciendo grandes villas habitadas por doscientas o trescientas personas (la mayor concentración humana vista hasta entonces en el mundo). Cuando la despensa está llena la presión disminuye y uno tiene tiempo para pensar. El rápido crecimiento de las comunidades sedentarias permitió el ocio necesario para elaborar nuevas formas de relación social.

Nuestra escultura bien puede responder a esta nueva forma de vivir -una manera diferente de pensarnos-. Pero, ¿qué significa para ellos el acto sexual representado así en su tiempo? El arqueólogo Ian Hodder, de la Universidad de Stanford, que ha realizado muchísimos trabajos sobre este periodo, cree ver aquí el proceso que el llama “la domesticación de la mente”:

La cultura Natufian es previa a la plena domesticación de plantas y animales, pero asi y todo estamos ante una sociedad sedentaria. Pienso que este peculiar objeto, centrado claramente en humanos y su sexualidad, forma parte de un cambio más general relacionado con la domesticación de la mente, con la domesticación de los seres humanos en la sociedad humana: estamos ante, unos seres humanos que ahora están ya más involucrados entre ellos que con los animales”.

Cuando coges este guijarro de Ain Sakhiri y le vas dando la vuelta, no sorprende tanto que se trate claramente de dos seres humanos, sino que es imposible decir si se trata de hombres o mujeres. ¿Una ambigüedad que podría haber sido intencionada? No podemos saberlo, y tampoco podemos saber cómo fue utilizada esta pequeña estatua. Algunos eruditos piensan que pudo estar conectada con la fertilidad, pero Ian Hodder tiene un muy diferente punto de vista:

Este objeto puede ser leído de muy diferentes maneras; primeramente, pensamos en una pareja sexual, y en la sexualidad misma, enlazando esta idea con la idea de una diosa madre, porque hemos asumido que los primeros agricultores estarían muy preocupados por la fertilidad de las cosechas.

Pero mi opinión es que la evidencia no apoya esa idea. Hoy tenemos nuevos descubrimientos donde no hay representación femenina alguna y que manifiestan un simbolismo mayormente fálico. Sin duda la sexualidad es muy importante en estas sociedades de agricultores, pero quizás no en términos de reproducción/fertilidad, niños/madre/crianza, sino respecto del acto sexual mismo”

A mi, personalmente, la ternura del abrazo de esta figurilla me sugiere más amor que un mero acto reproductivo. La gente deviene sedentaria y forma familias estables; tiene más comida y por tanto más niños. Quizás estemos ante el primer momento de la historia humana en que un compañero pudo pasar a ser esposo o esposa.

Todas estas ideas están presentes en nuestra escultura pero, evidentemente, se trata de mera especulación histórica. En otro nivel, no obstante, la escultura nos habla de forma directa, no como un documento del cambio social sino desde la elocuencia del artista. El escultor Marc Quinn otra vez:

Hay diferencias entre el arte y un artefacto. Un artefacto es algo hecho en un tiempo, que permanece en ese tiempo, y llega a nosotros como reliquia. Una obra de arte, en cambio, es algo de ese tiempo, pero eterno, y como eterno llega al momento presente. En este sentido, podemos decir que esta escultura está en nuestro tiempo. Esa es la gran fuerza del arte, ser una máquina del tiempo esencialmente emocional; produce un objeto que será capaz de comunicarse con gente 10.000 años después. Son objetos más allá del tiempo.”

Aunque en un sentido más cercano, todos los objetos hablan “más allá del tiempo”. A lo largo de esta serie trataremos de descubrir la historia de la gente cuyas manos hicieron ests objetos -sus miedos, sus esperanzas, a veces sus amores. Entre los amantes de Ain Sakhiri y El beso de Rodin hay 11.000 años de historia humana, pero no hay, creo, grandes diferencias en sus deseos.

En el próximo programa, nos adentraremos en un territorio menos romántico. Nos enfrentaremos a los primeros cowboys (aunque quizás sea más preciso llamarles los primeros pastores de ganado vacuno) en Egipto, y lo haremos con otra estatua, una de cuatro pequeñas vacas.

Los amantes de Ain Sakhiri, en la wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Amantes_de_Ain_Sajri

Episodio 6 – Mano de mortero con forma de pájaro.

Episodio 6 – Mano de mortero con forma de pájaro.

Mano de mortero de piedra con forma de pájaro, fabricada entre 4-8.000 bp. Encontrada en Papua Nueva Guinea.

(Link al programa, grabación, texto en inglés y fotografías de los objetos: http://www.bbc.co.uk/ahistoryoftheworld/objects/xQBDvzBRSrqVQYQ5ECaZwA

Episodio 6 bird-shaped pestle

Comer en la cafetería del British Museum siempre es una aventura internacional. No solo por los eruditos y cuidadores procedentes de todas partes del mundo, sino por la comida. Hoy, en mi día “saludable”, estoy ante el mostrador de ensaladas, entre verduras, papa, arroz, maíz y frijoles. Lo interesante de estos vegetales no es que provengan originariamente de todos los lugares del mundo, sino que ninguno de ellos existiría en su forma actual si las plantas de que proceden no hubieran sido cuidadosamente elegidas, cuidadas y modificadas a lo largo de un larguísimo proceso que empezó aproximadamente diez mil años atrás, con algunos intrépidos e ingeniosos cocineros en la Edad del Hielo.

Todos hacían estas cosas, y las familias existen como familias porque no lo hacían para ellos mismos sino para sus familias” (Madhur Jaffrey).

Necesitábamos nuevos trucos evolutivos que permitieran ocupar un entorno crecientemente hostil” (Martin Jones).

En programas anteriores vimos a nuestros ancestros desplazándose por el mundo; ahora nos centraremos en qué pasó al volverse sedentarios. El de hoy será un programa lleno de animales antiguos, poderosos dioses, clima terrible, buen sexo y mejor comida.

Alrededor de 11.000 años atrás, el mundo sufrió un violento y rápido periodo de cambio climático que conduciría al final de la última Edad de Hielo. La temperaturas subieron 7 grados en 100 años y el nivel del mar más de 100 metros. El hielo se volvió agua, y la nieve convertida en caminos de hierba provocaría profundos cambios en el modo en que los humanos vivían. A lo largo del programa cubriremos esos 7.000 años hasta que, al final de la Edad de Hielo, la gente comenzó a criar animales, cultivar plantas y comer de forma diferente.

10.000 años atrás, el sonido de la vida diaria empezaba a cambiar a lo largo del mundo. Nuevos ritmos de molienda y machaque indicaban un modo de preparar la comida que cambiaría nuestra dieta y el paisaje. Durante mucho tiempo nuestros ancestros habían utilizado el fuego para asar la carne pero a diferencia de entonces, ahora, en un sentido actual de la palabra, eran “cocineros”.

Hay una enorme cantidad de objetos en el British Museum que podríamos haber elegido para ilustrar este particular momento de la historia humana, cuando la gente (literalmente) puso raíces y cultivó las plantas con que se alimentarían a lo largo del año siguiente. Los inicios de este tipo de agricultura es un proceso que pareció ocurrir en diferentes lugares, más o menos al mismo tiempo; y recientemente hemos descubierto que uno de esos lugares fue Papúa Nueva Guinea, la gran isla al norte de Australia donde esta mano de mortero de piedra con forma de pájaro fue encontrada. Le suponemos alrededor de 8.000 años de antigüedad, pero podría haber sido utilizada exactamente igual que ahora -moliendo alimentos hasta reducirlos y hacerlos comestible. Es una gran pieza de piedra, con un pie de 35cm acabado en un bulbo del tamaño de una pelota de criquet. Puede percibirse que fue intensamente usado. Sobre el bulbo, el fuste se prolonga en un mango fácil de asir, acabado de un modo que no tiene nada que ver con la fabricación de comida: termina en un esbelto, alargado pájaro, con las alas extendidas y el cuello inclinado hacia adelante; como si fuera un pequeño Concorde.

Hoy en día, es familiar la idea de que la fabricación de comida sea fuente de unidad, tanto familiar como social; y todos sabemos cómo la memoria familiar y la emoción están impregnadas de cacerolas, sartenes y cucharas de madera desde la infancia. Asociaciones como estas parecen datar de alrededor 10 mill años atrás; desde el mismísimo origen de los utensilios de cocina -el tiempo de nuestro mortero. La chef Madhur Jaffrey, que siempre estuvo muy unida al mortero que le dio su madre al dejar la India, ahora viene a ver el nuestro:

Solo pensé que era bello, de aspecto pulido y gastado, con una pátina que revelaba haber sido usado, usado y usado, una y otra vez: signo básico de la vida y la cocina, que se aprende a reconocer viviendo en familia, como ocurre en la India.»

«Cuando dejé India, hace ya mucho tiempo, mi madre me dio algunos utensilios, todos muy pesados -recuerdo: un wok, una piedra de moler y un enorme mortero. Con eso me fui, y sigo usando mi mortero hasta el día de hoy.”

Otros morteros y manos de piedra han sido encontrados en Nueva Guinea, lo que muestran que aquí hubo más de un agricultor cultivando cereal en la foresta tropical y en las praderas en los tiempos primitivos, alrededor de 10.000 años atrás. Este relativamente reciente descubrimiento ha modificado el punto de vista convencional de que la agricultura comenzó en Medio Oriente, en el llamado Fértil Creciente, desde donde se habría esparcido por el resto del mundo. Hoy sabemos que este particular aspecto de la historia de la humanidad ocurrió simultáneamente en diferentes lugares. Es un hecho probado que muchos grupos humanos devinieron agricultores al mismo tiempo, y que allí donde lo hicieron se centraron en un pequeño número de plantas, cosechándolas selectivamente a partir de las especies silvestres, plantándolas y cuidándolas. En Medio Oriente, escogieron un tipo particular de hierbas -las primitivas formas del trigo-; en China,  el arroz seco silvestre; en Africa, el sorgo -un grano que parece una pequeña hierba; y en Papúa Nueva Guinea, el feculento tubérculo llamado el taro. Para mi, lo más sorprendente de estas nuevas plantas es que en su estado natural, normalmente, no pueden comerse, o en todo caso su sabor es horrible. ¿Por qué cultivar algo que solo puede ser comido si es remojado o cocido o molido a fin de volverlo comestible? Martin Jones, profesor de Arqueología de la Universidad de Cambridge, ve en esta alquimia de la comida una parte esencial de la evolución humana.

Cuando la especie humana se expandió por el globo, tuvimos que hacernos de una ventaja competitiva sobre los otros animales, tratando de facilitarnos la comida. Así, fuimos a por la comida «difícil», como esa pequeña semilla que llamamos cereal, que es indigerible si se come cruda -e incluso puede ser tóxica-, por lo que debió ser molida y convertida en cosas como el pan o pasta. Y fuimos a por gigantescos tubérculos venenosos, como el yam o el taro, que tienen que ser absorbidos, molidos y cocinados antes de ser comidos. Y sin embargo, todo ello resultó en una ventaja competitiva respecto de otros animales, con un cerebro menor, que no podían pensar en los muchos pasos que ello involucra.”

Por tanto, se trata de un paso que implicó cerebros aptos para la cocina. No sabemos qué clase de cocineros fueron quienes usaron nuestro mortero para moler taro en Nueva Guinea, pero si sabemos por la investigación arqueológica en Medio Oriente que la cocina fue primitivamente una actividad femenina. Examinando lugares de entierro de este periodo, los científicos han descubierto que las caderas, tobillos y rodillas de las mujeres mayores estaban por lo general severamente dañadas -la molienda del grano de cereal debió haber sido hecho de rodillas, balanceándose, para triturar los granos entre dos grandes piedras. La artritis inducida por esta actividad debió ser muy dura, y sin embargo las mujeres del Oriente Medio y los nuevos cocineros de todos sitios siguieron cultivando pequeños grupos de comestibles básicos pero tan nutritivos que podían sostener grupos humanos cada vez más grandes, mayores de lo que hubiera sido posible antes. La mayoría de estos nuevos alimentos resultaban bastante sosos, pero el mortero podía también ser la clave que les volviera más interesantes. Madhur Jaffrey otra vez:

Si tomas semillas de mostaza, ya conocidas en tiempos antiguos, y la dejas tal cual, tienen un sabor; pero si las trituras son como Jekyll y Hyde; devienen picantes y amargas, por lo que cambias la naturaleza completa del sazonado triturándolas.”

Y Martin Jones cree que, con el tiempo, esta primitiva agricultura acabó cambiando toda la estructura de nuestra sociedad.

Nos fuimos especializando en un número cada vez más pequeño de alimentos (…);  por lo que la agricultura permitió a la gente interactuar en diferentes maneras, compartiendo alimentos y establecer nuevas formas de contacto.”

Los nuevos cultivos ayudaron a crear nuevas clase de comunidades. Y si el clima acompaña, pueden dar excedentes susceptibles de ser almacenados, intercambiados o simplemente consumidos en grandes fiestas. Nuestra mano de mortero, de cuerpo elegantemente fino, parece sin duda demasiado delicada como para resistir el vigoroso aporreo del taro. Asi que pensamos que tal vez haya sido utilizada en la preparación de comidas especiales; comidas donde la gente se reuniría, tal como hacemos hoy, para comerciar, bailar o celebrar momentos importantes de la vida. Compartir comida fue siempre una de las maneras más básicas de crear, mantener y promover el vínculo entre la gente.

Otra vez ante la comida de la cantina del British Museum, mucha de la cual ha realizado un largo viaje a través del mundo, estoy absorto en un hecho: cuanto más capaces somos de viajar, más y más libremente, más dependemos de comida cultivada por gente que no puede moverse, que debe pasar su vida atada a un mismo trozo de tierra. Cada día somos más conscientes de cuán vulnerables al clima son los agricultores de todo mundo, una dependencia de su predicción que llevó a los agricultores de 10.000 años atrás a identificar dioses de la comida y del clima que exigían ser constantemente aplacados y venerados para asegurar el ciclo natural y la seguridad en una buena cosecha. Hoy, en cambio, la mayoría mira al gobierno y a veteranos como Sir Bob Geldof:

Toda la psicología de la comida es más importante que cualquier otro aspecto de nuestra vida. La misma necesidad de trabajar proviene de nuestra necesidad de comer. La idea de comida es fundamental para la existencia humana, ya que no hay animal que pueda existir sin comer. A comienzos del siglo XXI, la comida está a la cabeza en el árbol de prioridades de la agenda mundial, y de su éxito dependerá el futuro de gran parte de la población mundial. Simplemente, nos encontramos ante el hecho de que en el futuro probablemente no habrá bastante comida en el mundo. Y de los muchos factores en juego, uno de los más importantes puede ser hoy el cambio climático.”

Así, un cambio de clima, como el que nos empujo a la agricultura en tiempos antiguos, parece poner hoy en peligro la supervivencia global. Al acabar la Edad de Hielo, la creciente población a que dio lugar la nueva comida no fue, por supuesto, un problema sino una ventaja competitiva. Por lo que las primeras sociedades sedentarias incrementaron rápidamente el número de sus miembros, dando lugar a comunidades estables.

En el próximo programa hablaremos de fertilidad; no de la fertilidad de la tierra sino de la gente cultivando en ella. Y podremos observar con cuidado una escultura de piedra que es la primera representación de una pareja haciendo el amor.

Hablando de piedras: el papel de la Historia frente al neoliberalismo.

Enlace

«Si en una sociedad el historiador, la historiadora tiene alguna utilidad más allá de llenar las bibliotecas de libros, será la de rescatar y ofrecer recuerdos con el objetivo de que éstos puedan llegar y llenar el corazón y la vida de las personas.»

(Hugo Abalos Aguilar. 3 de enero de 2016. Pensar la tierra: Hablando de piedras, y de la memoria viva en Andalucía)

Episodio 4 – Renos nadando.

Episodio 4 – Renos nadando.

Renos nadando (pieza hecha hace unos 13.000 años). Escultura tallada en un cuerno de Mamut, encontrada en Montastruc, centro de Francia.

(Link del programa, grabación en inglés y fotografías de los objetos comentados: http://www.bbc.co.uk/ahistoryoftheworld/objects/DyfP6g6dRN6WdwdnbIVbPw)

Episodio 4 - summing reindeer 2

¿Cómo sonaría el pasado? Obviamente, tan lejos como estamos de las profundidades del tiempo en que nos hallamos esta semana, podemos no ser capaces de hacernos una idea. Podemos imaginar los inmutables sonidos de la naturaleza -el viento, la lluvia, el mar, los ríos- pero para nosotros, ineludiblemente, la historia es silencio. No obstante, y aunque no podamos oír el pasado, ciertamente, podemos verlo. Hoy, me gustaría presentarles un objeto que tiene 13.000 años de antigüedad, hecho por uno de nuestros ancestros que, buscando representar en él y para si su propio mundo, haciendo eso, nos lo transmitió con asombrosa nitidez. Esta es una de las obras maestras del arte de la Edad de Hielo, pero que también pone en evidencia el inmenso cambio que hubo en ese tiempo en cuanto al modo en que el cerebro humano estaba trabajando. Steven Mithen, profesor de la Universidad de Reading, y Rowan Williams, arzobispo de Canterbury, han reflexionado al respecto en muy diferentes sentidos. Oiremos sus opiniones al respecto más adelante.

“Puedo sentir que quien hizo esto, se pro-yectó (de pro-iactum, arrojar)i a si mismo en su mundo en derredor, con enorme y generosa imaginación, viendo y sintiendo el ritmo de ese mundo en sus huesos” (Arzobispo de Canterbury, Rowan Williams)

“Algo ocurrió en el cerebro humano (entre, digamos, 100.000 y 50.000 años atrás) que permitió que emergieran esa fantástica creatividad, imaginación y habilidades artísticas” (Profesor Steven Mithen)

En los últimos dos programas estuvimos viendo unas herramientas de piedra que nos pusieron ante la cuestión de si era o no, la capacidad de fabricar objetos, lo que nos hacía (nos constituía como) seres humanos. ¿Sería posible concebir seres humanos que no usaran objetos en su interactuar con el mundo? Pienso que no. Pero además hay otra cuestión que surge inmediatamente al ver este tan antiguo objeto. Aunque nuestra moderna especie humana, el “homo sapiens” (“hombre pensante”, en latín), evolucionó en Africa hace al menos 150.000 años, fue hace alrededor de 50.000 años atrás cuando algo dramático sucedió en nuestro cerebro, de modo que, a lo largo de todo el mundo habitado, los seres humanos empezaron a producir patrones de decoración, asi como joyería con la que adornar el cuerpo y representaciones de los animales que compartían el mundo con ellos. Esos seres humanos estaban haciendo objetos que servían no tanto para cambiar el mundo sino para explorar su orden y las regularidades que observaban en él. En resumen, están haciendo arte. Y la pregunta a realizarnos es ¿por qué? ¿Por qué todos los seres humanos modernos comparten esa compulsión por realizar obras de arte? ¿Por qué el fabricante de herramientas, en todos sitios, dio paso al artista?

Nuestros dos renos representan la más antigua pieza de arte de cualquier galería o museo Británico, y es extremadamente delicada. La guardamos en una caja con clima controlado, y apenas le movemos de allí porque cualquier choque repentino podría convertirla en polvo. Fue realizada al final de la última glaciación, alrededor de 13.000 años atrás. Fue tallada a lo largo del extremo de un colmillo de Mamut, y es delgada, suavemente curvada y de aproximadamente ocho pulgadas de longitud (20cm).

Los dos renos representados nadan muy juntos, uno detrás del otro, con lo que el escultor explotó brillantemente la forma ahusada del colmillo. La más pequeña figura, reno hembra, está delante y lamisma punta del colmillo da forma a la punta de su nariz; detrás de ella, en la parte más ancha, viene el macho, más grande. Gracias a la curva ambos animales tienen sus mandíbulas hacia arriba, y los cuernos apuntando hacia atrás, exactamente como hacen cuando nadan; y en la parte inferior sus pies están en completa extensión, dando la maravillosa impresión de un movimiento hidrodinámico (streamlined). Es una escena magníficamente expresada, y solo pudo ser realizada por alguien que había dedicado mucho tiempo observando nadar a los renos en el rio.

Por ello, quizás no sea una coincidencia que esta pieza fuera encontrada cerca de un rio, en un refugio de piedra en Montastruc, en el centro de Francia. Esta talla representa con increíble realismo los renos que migraban en grandes manadas, atravesando Europa, 13.000 años atrás. El continente, por esas épocas, era mucho más frio de lo que es hoy en dia: el paisaje consistía de una planicie abierta, libre de arboles como la Siberia actual, y para los cazadores-recolectores que habitaban ese implacable terreno los renos constituían una de sus mejores esperanzas de cara a la supervivencia. Su carne, piel, huesos y cuernos podían suministrar muy bien toda la comida y ropa que pudieran necesitar, asi como la materia prima con la que fabricar herramientas y armas. Su bienestar en cierta medida dependía de la caza de renos. Por ello no es sorprendente que nuestro artista homo sapiens conociera realmente muy bien a esos animales, y que eligiera representarles en su escultura.

El macho muestra un impresionante juego de cuernos que recorre la longitud de su espalda, y podemos determinar su sexo con toda seguridad porque el artista se ocupó de esculpir sus genitales bajo el vientre. La hembra, en cambio, tiene los cuernos más pequeños y cuatro pequeños bultos bajo su vientre que representan sus tetillas. Y podemos incluso ser mucho más específicos, afirmando que estos animales están claramente representados en otoño, el momento de sus rutas y migraciones hacia las pasturas de invierno. Solo en otoño ambos, macho y hembra, tienen completa su cornamenta y su pelaje se muestra tan hermoso. Además, el pecho de la hembra, sus costillas y el esternón están bellamente grabados, por lo que podemos deducir que este objeto no fue hecho solo mediante el conocimiento rudimentario de un cazador, sino gracias a la penetrante mirada de un carnicero, de alguien que no solo observaba animales sino que les despiezaba.

Por un sorprendente golpe de suerte sabemos que este detallado naturalismo fue solo uno de los cuatro estilos de que disponían los artistas de la Edad de Hielo. En el caso de los renos, el Museo Británico muestra otra escultura, encontrada también en la misma caverna de Montastruc, que por una feliz simetría (donde nuestros renos fue tallados en el colmillo de un Mamut) muestra un Mamut grabado en la cornamenta de un reno. Pero este Mamut está definido de un modo muy diferente, y aunque es reconocible instantáneamente, se muestra simplificado, esquematizado, como entre una caricatura y una abstracción; y ello no es un accidente, algo excepcional. Los artistas de la Edad de Hielo mostraban todo un abanico técnicas y estilos artísticos: desde la abstracción o el naturalismo hasta incluso el surrealismo, asi como el uso de la perspectiva y de una sofisticada composición. Estos modernos seres humanos tienen modernos cerebros, exactamente como nosotros. Ellos siguen viviendo de la caza y de la recolección, pero también están interpretando el mundo a través del arte. ¿A dónde conduce todo esto? Dice el profesor Steven Mithen:

“Ellos podían combinar lo que sabían acerca de la naturaleza con lo que sabían acerca de la fabricación de objetos, adquiriendo una nueva capacidad para producir piezas de arte. Pero además, las condiciones de vida de la Edad de Hielo fueron a la vez tanto críticas como positivas, constituyendo un verdadero desafíos para la gente que vivía en esos ásperos y largos inviernos: la necesidad de construir intensos lazos sociales, de rituales, de religión, todo se relaciona en el florecimiento de esta fantástica creatividad artística. Allí debió haber asombrosos parajes… Los mamuts, las manadas de caballos y venados, los pájaros y sus migraciones hubieron de causar inmenso impacto en estos cazadores-recolectores. Parte de este arte enraíce quizás en un abrumador sentido de la belleza, y en un sentimiento de agradecimiento y celebración del mundo natural”

Un agradecimiento, pero no solo del mundo animal: esas gentes conocían muy bien cómo trabajar la mayoría de las piedras y minerales. Si observamos la pieza detenidamente, podremos ver que esta pequeña escultura es el resultado, de cuatro técnicas del trabajo de la piedra: la punta del colmillo fue cortada con una herramienta de corte de piedra; los contornos de los animales fueron grabados con un cuchillo de piedra y una espátula o rascador; todo el objeto fue pulimentado usando oxido de hierro en polvo mezclado con agua, probablemente aplicado con una badana de piel; y finalmente, la marcas en los cuerpos y los detalles de los ojos fueron cuidadosamente realizados con una herramienta de piedra para grabado. Tanto desde el punto de vista de la ejecución como en su concepción estamos ante una muy compleja obra de arte. Y me da la impresión que tiene todas las cualidades de observación e interpretación que uno buscaría en cualquier gran artista.

¿Por qué razón alguien se tomaría tantas preocupaciones para hacer un objeto que no tueviera un propósito práctico? Dice el Arzobispo Rowan Williams:

“Pienso que el arte de este periodo nos muestra a seres humanos tratando de integrarse plenamente en el flujo de vida que hay junto a ellos, deviniendo ellos mismos parte del proceso de vida animal que se desarrolla a su alrededor. Pero no solo en el sentido de controlar el mundo animal o garantizar el éxito de la caza en todo momento. Pienso que es más que eso. Hay realmente un deseo de introducirse, y casi sentirse en casa, en ese mundo a un nivel más profundo, y pienso que eso es lo que constituye realmente un profundo impulso religioso: sentirse en el mundo como en casa. Tendemos a veces a identificar religión con no sentirnos cómodos en el mundo, como si el mundo de las cosas reales estuviera en algún lugar del cielo y no junto a nosotros; pero si realmente nos fijamos en los orígenes de las religiones, si vemos al núcleo de los asuntos tratados por las grandes religiones del mundo, el otro sentido es el apropiado, es decir, cómo vivir aquí y ahora y cómo ser parte de ese flujo de vida.”

Esta escultura no tiene una función práctica: es solo forma. ¿Esto era arte, una imagen realizada solo por su belleza? ¿O tenía un propósito diferente? Representar algo, realizar una pintura o una escultura de algo, implica darle a ese algo un tipo de vida diferente, una especie de poder mágico. Y si somos capaces de afirmar nuestra relación con el en el mundo, somos capaces si no de experimetarla, al menos de imaginarla. ¿Sería ir demasiado lejos sugerir que un arte como este podría constituir la primera evidencia física de la religión? Rowan Williams otra vez:

“Al principio, por supuesto, no podemos realmente separar arte de religión. El arte es sagrado porque te lleva a un sitio donde ya no está presente la separación sujeto/objeto propia del enfoque naturalista, sino que te lleva a un nuevo espacio que es el de la actividad religiosa. Es con el paso del tiempo cuando la religión se involucra progresivamente en asuntos relacionados con el poder, a la par que el arte deviene involucrado en asuntos de la auto-expresión. Hoy en dia, ambos se observan desde cumbres separadas, perplejos, como a través de la niebla.

No creo que los primitivos humanos tuvieran realmente una palabra en sus cabezas que sonara a Dios. Ellos fueron descubriendo, a causa de su inteligencia y de los nuevos desafíos a que los sometía el entorno, cómo era cada vez más complicado ser “ser humano” en el mundo, y lentamente el mundo les fue transformando, transformándose a si mismos. Con esto, y con su identificación con los procesos del mundo en derredor, uno puede empezar a comprender, o al menos a intuir, que era “eso” que en el Antiguo Testamento llamaban “sabiduría”: una especie de “principio de unidad”, de unidad subyacente a todo lo que existe, y que acabamos identificando con el significado de Dios”

Ello indicaría que, mucho del arte realizado alrededor del mundo durante la Edad de Hielo, habría tenido una dimensión religiosa, aunque obviamente solo podemos adivinarlo como en un uso ritual. De ser así, este arte es parte de una tradición que continúa viva aun hoy día, y que es parte de la evolución de la conciencia religiosa con que todavía nos damos forma y damos forma a muchas de las sociedades humanas. Objetos como esta escultura de renos nadando nos llevan hasta la mente y la imaginación de gente como nosotros -hasta su mundo invisible, si, pero estudiable-. Y me hacen reflexionar sobre si, esa habilidad para ver más allá de lo funcional y de lo material, usando la imaginación, sea lo que en ultima instancia nos haga tal como somos los seres humanos modernos.

Al tiempo que nuestros renos nadando eran esculpidos en Europa, gente que habitaba el noreste de Asia estaba a punto de asentarse en América. Pero eso lo veremos en el siguiente programa.

i Nota a “proyectar”. Ver en:http://etimologias.dechile.net/?proyecto